La curiosidad es, para mí, la fuente de placer más duradera que te acompaña en la vida.
He sentido curiosidad por casi todo, ese motor me ha llevado a estudiar variadas materias, he estado matriculado en la universidad 25 años de mi vida, en esos años siempre me examiné en febrero y en junio (también muchos septiembres).
La curiosidad es una pasión, saciarla es un placer que puedes repetir tantas veces como te asalte la pulsión. Además, de forma sorprendente, el placer de satisfacer una curiosidad no está penado por ninguna religión, partido político, secta o código ético. Por inaudito que parezca, es un placer no reprimido.
Tan solo las normas de educación y cortesía (de forma relajada) limitan la curiosidad sobre las personas de nuestro círculo. Pero averiguar cómo funciona el hígado, un coche eléctrico o cuando se produjo creación de la escritura, es divertidísimo y fascinante. No lo reiteraré más, no sea que le pongan un impuesto en una nueva vida de Montoro.
En mi infancia, recuerdo como el ABC se colaba a diario por debajo de la puerta de casa. Eran los últimos 50 primeros 60. Allí se debió fraguar mi curiosidad por la prensa. Siempre me fascinó la prensa diaria. He sido lector habitual de una docena de periódicos diferentes. Siempre que veía un nuevo ejemplar de mi periódico favorito, ya fuera en el quiosco, en un avión o en el vips, me embargaba una nueva emoción. Guardaba como un tesoro las fotos del periódico del atentado de Kennedy, recortadas con cuidado por mí.
Cuando terminé medicina quería ser psiquiatra, estuve 2 años en ese empeño. Más tarde no entendía la economía, lo que me llevó a hacer el MBA del IESE. Fue emocionante. Consideré que tenía las bases suficientes para entender las páginas económicas de la prensa.
Catorce años después, tras leer sobre una multitud de temas, volví a la universidad para cobrarme algo que pensaba me debía la vida. Iba a estudiar algo que no tuviera utilidad. Sería el conocimiento por el conocimiento. Elegí la sociología, para mi sorpresa la terminé en la UCM, de manera que aproveché para hacer también políticas y de remate me regalé el placer de estudiar, también en la complu, historia del arte. Ha sido extraordinario, me lo he pasado de escándalo y he aprendido muchísimo.
El final de mi vida profesional me tenía reservado un bombón especial, he ganado una plaza de Profesor Asociado de Economía Aplicada de la UCM, ha sido fenomenal.
No sabes la alegría que me produce que los curiosos sean felices. Que triunfen cumpliendo deseos que a su vez les hacen felices. El triunfo de ellos me hace de algún modo creer que hay una cierta justicia (no diré divina) y que podemos aspirar a cualquier día alcanzar su misma felicidad.
Enhorabuena y disfrútalo al máximo.
Me alegra mucho tu felicidad y el haber compartido contigo la carrera de Historia del Arte, a una edad que lo que nos arrastra a hacerlo es la curiosidad y el conocimiento por el propio conocimiento
Tus comentarios siempre son acertados. Lástima que esa agudeza que tú tienes no la tengan las personas que nos gobiernan.
Enhorabuena por este blog que nos brindas.
Gracias por compartir tus inquietudes. Siempre es un gran placer disfrutar de ello. Y muy buena reflexión final, Tomás. Menos mal que algo queda por encima de políticos y sanguijuelas. Espero que al final ganen los buenos.
Tu comentario político : Una síntesis ilustrativa
«Sobre el Autor» : Recordarte que tanta curiosidad es posible porque no estamos en el Edén. De lo contrario tendrías que sudar, como Adán, por comer tantas manzanas. Un abrazo
Enhorabuena Tomas, un placer seguirte.
Gracias por escribir lo que algunos vemos claramente aunque seamos pocos.