UNA SITUACIÓN POR ACLARAR

El resultado de las elecciones autonómicas en Cataluña ofrecen datos de especial atención, pues da la impresión de no haber variado la situación que dio origen a la convocatoria electoral.

En resumen, dos triunfadores, Arrimadas y Puigdemont. Ciudadanos ha cosechado el voto útil y parece claro que se beneficia de la pérdida de votos del PP. Junts per Catalunya se lleva la parte grande de los votos de la anterior coalición con ERC (Junts per si). Contra pronóstico, Puigdemont derrota a Junqueras.

ERC no saca buen resultado: partía como favorito y queda en tercer lugar, alejado (sobre todo en votos) de Ciudadanos. Parece que ha recuperado votos de los perdidos por la CUP.

PSC se mantiene, pero no consigue que los ciudadanos le compren la idea de la transversalidad. El electorado no ha percibido a Iceta como candidato real a la presidencia de la Generalitat.

Catalunya en Comú pertenece al grupo de los perdedores. De 11 escaños pasa a 8. Su permanente indefinición no es bien recibida por los electores. Aviso para Ada Colau en las municipales y aviso para la cúpula nacional de Podemos. El funambulismo dialéctico permanente para decir una cosa y su contraria puede iniciar una lenta decadencia en el horizonte político.

La CUP ve reducida su presencia parlamentaria de 10 diputados a 4. Da la impresión que su pérdida ha beneficiado a ERC. Es el perdedor del bloque soberanista. Pero sus votos vuelven a ser decisivos para que ERC y JxCat puedan alcanzar la mayoría absoluta.

El PP es el gran derrotado, por pérdida de diputados (de 11 a 4) y pérdida de votos. Hoy no se puede saber que parte de responsabilidad tiene el candidato Albiol, o qué “culpa” tiene la aplicación del 155.

Ciudadanos siempre defendió la aplicación del polémico artículo constitucional y parece que le ha ido bien. Es un aviso importante de cara a las próximas elecciones generales. Es muy difícil un buen resultado en España con tan mal resultado en Cataluña.

Hasta aquí el resumen.

Futuro confuso

De cara al futuro próximo el panorama político catalán es un campo minado. Se formará un parlamento con catalanes electos en la cárcel que no se sabe cómo podrán tomar posesión de su acta. Se habla de que pueden acudir al Parlament acompañados por la Guardia Civil. Citan un caso en el parlamento vasco de un candidato de Herri Batasuna en el que ya ocurrió una situación similar.

Por otra parte, Puigdemont está en Bruselas y si vuelve irá directamente a prisión. ¿Su escaño será ocupado por otro compañero de lista? Igual ocurre con sus compañeros huidos en Bélgica. Los próximos días correrán ríos de tinta para explicar la situación. ¿Valdrá la video conferencia desde la cárcel? ¿Y desde el extranjero? Habrá siete diputados imputados y, si todo ello no fuera suficiente, no son decartables nuevas detenciones de representantes independentistas.

Otra polémica será el hecho de que, con el 47,5% de los votos, el bloque independentista consiga la mayoría absoluta del Parlament. La división en Cataluña es espeluznante. En Lérida y Gerona alrededor del 75% de los votos son soberanistas, Tarragona al 50% y Barcelona partidaria de la Constitución, donde “barre” Ciudadanos. Otro lío.

Es difícil imaginar una situación más mefistofélica, de auténtico vértigo político. Tendremos unos meses de continua actualidad política catalana: el partido ganador no podrá gobernar, los soberanistas no sabemos si alcanzarán un acuerdo para elegir presidente, no se sabe hasta cuándo estará en vigor la aplicación del 155… La situación económica catalana volverá a ser actualidad y es muy probable que aparezca una nueva oleada de fuga de empresas. Difícil salida del laberinto.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *